Porque el verano puede ser descanso… o retroceso. Un estudio de la Universidad Johns Hopkins reveló que hasta el 65% del desfase académico acumulado se origina durante las vacaciones escolares. La diferencia está en quién mantiene una mínima rutina y quién no. Con Reddu, bastan 10 minutos al día para reforzar la lectura, la atención y la escritura con sesiones breves, personalizadas y motivadoras. Sin tareas repetitivas ni sobrecarga: solo actividades adaptadas que mantienen el hábito y refuerzan la confianza. Así, en septiembre no se empieza desde cero, sino con más seguridad y con el ritmo ya interiorizado.

Porque Reddu no es una app más: es una herramienta diseñada específicamente para reforzar las habilidades afectadas por la dislexia en adolescentes, con base científica y un enfoque centrado en la motivación. Cada sesión se adapta en tiempo real al nivel del alumno, sin fichas genéricas ni juegos infantiles: solo actividades breves, personalizadas y con sentido. Sin ejercicios repetitivos, sin estética infantil, sin presión. Solo 10 minutos al día que entrenan lectura, atención y escritura, de forma progresiva y efectiva. Lo llamamos tecnología al servicio de la inclusión: pensada para acompañar, no para etiquetar. Y solo hace falta un dispositivo con conexión a internet. No hay que imprimir nada, ni preparar materiales. Todo está diseñado para que el aprendizaje fluya de forma autónoma, cómoda y sin barreras. Un método que convierte el tiempo de pantalla en una oportunidad para avanzar.

Porque Reddu no es solo tecnología: es tecnología responsable, diseñada con un propósito pedagógico claro. Cada sesión es breve, dirigida y con objetivos concretos, para evitar la sobreexposición a pantallas y fomentar un uso consciente. Sin notificaciones constantes, sin scroll infinito, sin estímulos vacíos. Solo minutos bien aprovechados que entrenan lectura, atención y escritura. Lo llamamos calidad frente a cantidad: porque no se trata de estar más tiempo, sino de usar mejor el tiempo. Así, cada experiencia con Reddu suma, sin generar dependencia y respetando el ritmo de cada estudiante.

Con Reddu, los resultados se notan en cómo leen, escriben, se concentran… y cómo se sienten: Lectura: comprensión lectora, fluidez, velocidad y conciencia fonológica. Escritura: ortografía, estructura de palabras, conciencia silábica y precisión. Atención: foco sostenido, toma de decisiones, memoria de trabajo y autocorrección. Motivación: confianza, constancia, autonomía y menor frustración ante el error. Cada actividad está diseñada con base científica para reforzar las áreas clave que se ven afectadas por la dislexia. No hay soluciones mágicas, pero sí un entrenamiento constante, adaptado y medible. Nos apoyamos en la mentalidad de crecimiento: cuando el alumno ve que mejora, su autoestima crece y sus ganas también. Y lo mejor es que el progreso se nota: en cómo se enfrenta a la lectura, en cómo escribe con más seguridad… y en la tranquilidad con la que vuelve a intentarlo. Sin tener que forzarle. Solo acompañándole. Eso también es avanzar. Eso también es leer sin miedo.

Desde tu perfil puedes gestionar la suscripción en cualquier momento, sin permanencia, ni complicaciones. Y aunque el juego está pensado para fomentar la autonomía del alumno, las familias no están solas. Detrás hay un equipo real, formado por personas que entienden de educación, dislexia y motivación. Si tienes dudas, necesitas orientación o quieres entender mejor el progreso de tu hijo o hija, estamos aquí para acompañarte. No solo gestionamos una plataforma: cuidamos que la experiencia educativa sea positiva, respetuosa y adaptada a cada realidad. Somos quienes hacemos Reddu. Y también quienes te acompañamos.